"LA AMISTAD NO ES COMO EL SOL, SINO QUE ES UNA BONITA LUNA QUE SE ILUMINA, SOBRE TODO, EN LOS MOMENTOS OSCUROS DE LA VIDA O EN EL ATARDECER DE LA MISMA"
Hoy a las 21.00h de la noche, realizaremos un "Pateus Nocturnus" en Fuerteventura, aprovechando que hay Luna llena, y que con el calor del verano, ya no apetece hacerlo con la luz diurna.Saldremos desde carretera de tierra de Tefía, para subir directamente a la montaña de Miguel de Unamuno, apreciar las hermosas vistas desde arriba, para volver a bajarla y dirigirnos hacia el pueblo de Tindaya y su especial montaña en cuestión.
Fuerteventura es una isla por descubrir. Los que la visitan y prestan atención a las señales naturales que impregnan el paisaje, caen rendidos ante su particular encanto. Es una tierra de gente dura, de luchadores que han sabido resistir los envites de la vida, la sequedad y la aridez de su clima, la impredecible braveza de sus aguas.
La cultura prehistórica de la isla ha podido ser reconstruida parcialmente gracias a las fuentes etnológicas, de las que se ha rescatado la forma de vida de un pueblo que sacralizó la montaña de Tindaya grabando los pies de sus divinidades en la roca, o que contemplaba como sus dioses tomaban forma de nubecillas la noche de San Juan.
En Fuerteventura tenemos el ejemplo emblemático de la montaña de Tindaya, una mole de Traquita de 401 metros de altura, que destaca majestuosamente entre las llanuras del esquinzo, en el Municipio de La Oliva, y cuyas rocas albergan un santuario con 213 grabados rupestres de tipo podomorfo.
La montaña es el centro de diversas tradiciones mágicas y cuentos de brujas. La montaña fue sacralizada por los aborígenes como el punto de conexión con el cielo, como el “Axis mundi” que unía lo terrestre y lo celeste, encerrando por tanto el misterio de sus divinidades y la relación de estos con el mundo aborigen. La presencia de, al menos, 3 fuentes de agua en su base, la conectan también con el inframundo aumentando su halo mágico, ya que no en vano el agua era posiblemente el bien más preciado de los antiguos majos, los cuales adoraban a un Dios Supremo “levantando las manos al cielo”, un Dios que con toda probabilidad identificaban con el Sol. “Hacían sacrificios en las montañas, derramando leche de cabra con vasos que llamaban Gánigos”. Además en esta mágica tierra encontramos la reseña de unas estructuras circulares conocidas como efequenes, en las que “adoraban a un Ídolo de forma humana, pero no se sabe quién era”.
Tindaya fue templo. En cualquier caso su máximo enigma lo constituyen sus más de 220 grabados rupestres distribuidos en más de 60 paneles, la mayoría de tipo podomorfo, que marcan la mole de traquita como un lugar único. El porqué de grabaron con tanta profusión la silueta de pies en Tindaya es un interrogante que queda por resolver, aunque todos coinciden en su intención mágica y ritual.
Los grabados de Tindaya no presentan signos de cristianización, estando todos sus signos intactos sin añadidos postconquista, lo que sugiere que su uso por parte de los sacerdotes majoreros se interrumpió con la llegada de Normandos y Castellanos a Fuerteventura. Los sacerdotes no quisieron desvelar el emplazamiento de su lugar más sagrado.
El estudio de más de 160 de sus podomorfos, “pies de dioses”, han revelado la orientación topográfica de los mismos hacia el Pico de las Nieves (Gran Canaria) y el Teide (Tenerife) visible algunos días al año. Astronómicamente señalan, entre los fenómenos, el ocaso solar en el solsticio de invierno y el ocaso de la luna llena posterior al solsticio de verano, así como el ocaso de la estrella Formaljaut, la más brillante de la constelación del Pez Austral (esta estrella podría identificarse con la estrella Srt, oveja, de los antiguos egipcios, asociada en tierras del Nilo al culto del Dios Amón y al solsticio de invierno.
Fuesen cuales fuesen los rituales o ceremonias que se celebraban en la montaña, posiblemente relacionados con la petición de lluvias, los sacerdotes aborígenes tenían en cuenta los mvtos de los cuerpos celestes.
Fuesen cuales fuesen los rituales o ceremonias que se celebraban en la montaña, posiblemente relacionados con la petición de lluvias, los sacerdotes aborígenes tenían en cuenta los mvtos de los cuerpos celestes.
DE LA MONTAÑA AL BAILADERO DE BRUJAS:
Ligada a la montaña de Tindaya también existe cierta tradición mágica y brujeril que no debe ser ignorada. Historias de transformaciones de animales en brujas al pie de la montaña, o la aparición inexplicable de un camello en la cima de la misma transportado por fuerzas mágicas desconocidas, pero sin duda ligadas al lugar, forman parte de cuentos y tradiciones populares asociados a este emplazamiento. Además, se cuenta que una vez existió un monje ermitaño que vivía en una de las cuevas de la ladera, un místico que ¡¡no tenía piernas!! Y se movía por la zona levitando.
Muy cerca de la montaña, en el centro del Llano del Esquinzo, encontramos el Bailadero de las Brujas, una cueva natural que tiempo atrás acogía en determinadas fechas ciertos juegos sexuales, reminiscencia de posibles rituales ligados a la fertilidad y al concepto de brujería más puro y antiguo, aquel que realzaba ante todo el culto a la naturaleza festejando sus ciclos.
CUEVA DE LOS ÍDOLOS:
Curiosamente, cerca del bailadero de las brujas, se encuentra esta otra cueva, donde se hallaron 6 ídolos antropomorfos con una marcada simbología sexual, cueva sagrada en la que posiblemente se realizaban ritos de fecundidad.
En estos lugares y cerca a ellos como en el barranco Encantado (afluente del Barranco del Esquinzo), han aparecido ciertos fenómenos luminosos extraños, inexplicadamente han desaparecido personas y ganado, han existido encuentros con animales parlantes que posteriormente resultaron ser brujas transformadas, etc…
Curiosamente, cerca del bailadero de las brujas, se encuentra esta otra cueva, donde se hallaron 6 ídolos antropomorfos con una marcada simbología sexual, cueva sagrada en la que posiblemente se realizaban ritos de fecundidad.
En estos lugares y cerca a ellos como en el barranco Encantado (afluente del Barranco del Esquinzo), han aparecido ciertos fenómenos luminosos extraños, inexplicadamente han desaparecido personas y ganado, han existido encuentros con animales parlantes que posteriormente resultaron ser brujas transformadas, etc…